¿La propina en Puerto Rico es un impuesto oculto?

La automatización de pagos y las sugerencias de propinas elevadas están generando debate sobre si las propinas en Puerto Rico son realmente voluntarias.

Por Redacción InDiario
Negocios|Mar 16, 2025
Foto de Jon Tyson.
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La práctica de las propinas ha sido objeto de debate en Puerto Rico, donde algunos consumidores las perciben como un "impuesto oculto" que incrementa el costo de las comidas. Aunque tradicionalmente las propinas se consideraban voluntarias, en la actualidad es común que los restaurantes sugieran o incluso incluyan automáticamente porcentajes de propina en las facturas, que pueden variar entre el 15% y el 20% en algunos lugares con sugerencias que algunos consideran exageradas llegando hasta el 30%.

Según una encuesta reciente de WalletHub, casi el 90% de los estadounidenses cree que la cultura de las propinas se ha salido de control. El estudio también reveló que muchos consumidores sienten que ahora se les pide propina en situaciones donde antes no era común, y que la presión para dejar montos más altos ha aumentado.

En redes sociales, cada vez es más común encontrar comentarios de clientes molestos con la cultura actual de las propinas. Un reclamo frecuente es que los meseros actúan como si estuvieran haciendo un favor al atender, pero luego esperan que se les deje un 20% o 25% de propina sin importar la calidad del servicio. También hay quejas sobre lugares donde no hay un servicio real, como establecimientos donde el cliente ordena en un mostrador, recoge su propia comida y se lleva los restos de la mesa, pero aun así se le sugiere dejar una propina.

Este fenómeno ha llevado a que muchos consumidores sientan que la propina ha perdido su propósito original, que era una forma de reconocer un buen servicio. Ahora, en muchos casos, se percibe como una obligación disfrazada de cortesía, con montos cada vez más altos y sin relación con la calidad del servicio recibido.

En Puerto Rico, este problema se ha intensificado con la llegada y expansión de las compañías de procesamiento de pagos electrónicos en la isla. Estas empresas facilitan la inclusión automática de propinas en las transacciones con tarjetas de crédito o débito, lo que puede llevar a que los clientes paguen propinas sin darse cuenta o sin haber tenido la oportunidad de evaluar el servicio recibido. Además, algunos sistemas de pago presentan opciones predeterminadas de propina que pueden influir en la decisión del consumidor, sugiriendo montos que podrían considerarse elevados.

La Ley Núm. 9 de 20 de enero de 2018 en Puerto Rico establece que la propina debe ser voluntaria y calcularse únicamente sobre el total del consumo, excluyendo impuestos como el Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU). Sin embargo, la automatización facilitada por las compañías de procesamiento de pagos puede llevar a prácticas que contravienen esta normativa, como la aplicación automática de propinas sin el consentimiento explícito del cliente.

Es importante destacar que, según las regulaciones fiscales, las propinas son consideradas ingresos sujetos a impuestos y deben ser reportadas tanto por los empleados que las reciben como por los empleadores. Esta obligatoriedad de declarar las propinas añade una capa adicional de complejidad al sistema, ya que implica responsabilidades fiscales tanto para los trabajadores como para los negocios.

La senadora Nitza Morán Trinidad ha abordado esta problemática proponiendo el Proyecto del Senado 235, que busca garantizar mayor transparencia en la aplicación de propinas y cargos por servicio en restaurantes. La medida, respaldada por la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE), pretende asegurar que los consumidores sean informados con claridad sobre cualquier cargo adicional antes de completar su compra.

En conclusión, la percepción de las propinas como un "impuesto oculto" en Puerto Rico se ha visto exacerbada por la automatización en los sistemas de pago, que facilita la inclusión de propinas sin una decisión consciente por parte del consumidor. Para abordar esta problemática, es esencial que los establecimientos respeten la voluntariedad de las propinas y que los consumidores estén informados sobre su derecho a decidir el monto que desean dejar, garantizando así una experiencia más transparente y justa para ambas partes.