Thomas Rivera Schatz revela lo que nunca había contado
Primera entrega de una serie especial: El Presidente del Senado comparte sobre su niñez, música preferida, otros aspectos de su visión política y futuro


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El abogado Thomas Rivera Schatz, es por tercera vez, presidente del Senado de Puerto Rico, lo que lo consolida como figura icónica del Partido Nuevo Progresista (PNP) y lo catapulta como uno de los políticos más influyentes que ha tenido la Isla en su historia. Hablar con él no es simplemente entrevistar a un legislador más. Es sentarse frente a alguien que combina carácter fuerte, formación jurídica, experiencia política y una visión clara de su rol en la vida pública.
En una entrevista exclusiva para INDIARIO, que se presentarán en una serie de reportajes de los cuáles este es el primero, el líder de la palma habló de todo. Desde su niñez, sus raíces familiares, su música y artistas favoritos, su tiempo como fiscal y abogado en la práctica privada, su visión sobre figuras como Juan Dalmau, su opinión sobre fenómenos culturales como Bad Bunny y hasta de su relación con la gobernadora Jenniffer González. Por supuesto, también describió el lugar que se imagina será el futuro político de Puerto Rico.
Su historia arranca en un hogar con mucha unión familiar. A través de su padre estadounidense de Puerto Rico, militar y alcalde de Trujillo Alto junto a su madre de origen alemana, recibió una crianza marcada por disciplina, respeto y responsabilidad. Rivera Schatz relató que en su casa se aprendía que la palabra empeñada era sagrada y que el esfuerzo era la única ruta hacia el éxito.
Esa formación estricta le moldeó el carácter y se refleja todavía hoy en el estilo directo con el que enfrenta la vida política. La herencia boricua de su progenitor y el rigor europeo de su mamá se combinaron para crear una personalidad firme y resistente, con una identidad multicultural que lo diferencia de muchos de sus contemporáneos.
Su desarrollo como abogado fue la consecuencia natural de esa crianza. Con una sonrisa en su rostro, de esas que salen cuando uno recuerda gratas memorias, dialogó sobre una fase de su vida que según indicó disfrutó mucho: la abogacía. Narró que su padre quería que estudiara ingeniería debido a que desde pequeño, le gustaba construir y arreglar cosas. No obstante, Rivera Schatz siempre quiso ser abogado. En el derecho encontró el marco que le permitió consolidar su visión de orden y justicia, una perspectiva que nunca ha abandonado. En la política, algunos le señalan por ser firme o confrontativo, pero en su manera de ver las cosas, se trata de coherencia. El mismo que defendía el cumplimiento de la ley en los tribunales, continúa exigiendo disciplina y respeto en la esfera política.
Esa consistencia es parte de lo que lo ha mantenido relevante a lo largo de los años, incluso en un escenario político cambiante. Al hablar de rivales políticos, uno de los nombres inevitables fue el de Juan Dalmau, a quien Rivera Schatz se refiere como “John Dalmau” en tono irónico, aludiendo a su visita a Washington D.C. para reunirse con congresistas que en el pasado han realizaod comentarios racistas contra Puerto Rico, en un intento de proyectarse de otra manera. Para el presidente del Senado, ese tipo de gestos son más espectáculo que estrategia. Lo observa como un líder con carisma, sí, pero cuyo estilo busca más el impacto de imagen que la sustancia real para resolver los problemas de la Isla. Esa visión encaja con el modo en que Rivera Schatz analiza la política, con poca paciencia para los fuegos artificiales y con énfasis en la seriedad de la gestión.
En el terreno cultural, la conversación se detuvo en Bad Bunny, el artista urbano que domina la escena mundial. Rivera Schatz fue claro y sin matices, simplemente no le gusta. En cuánto a su influencia política, afirmó que la gente que va al circo, se entretiene "con el payaso" pero no vota por él. No comparte su estilo, su mensaje ni se siente identificado con su música. Reconoce que es un fenómeno global, pero no lo celebra ni lo valida. Sus gustos personales se inclinan por otros géneros y artistas, y en esto, como en la política, prefiere decir lo que piensa aunque no sea lo popular. El detalle de la música favorita así como artistas aparecerán en otro reportaje de esta serie exclusiva.
Sobre la relación con la gobernadora Jenniffer González Colón, Rivera Schatz describió un vínculo cordial y de respeto mutuo. Subrayó que le brinda todo su apoyo, que trabajan en la misma dirección y que las diferencias que puedan tener en algunos puntos son parte normal de cualquier relación política. Lo importante, afirmó, es que la gobernadora tiene en él un aliado seguro y confiable en la gestión pública.
Cuando se le preguntó por el futuro político y el 2028, no ofreció una respuesta concreta sobre aspiraciones específicas, debido a que aun es muy temprano. Pero sí dejó claro que "los líderes son transitorios" al tiempo que enumeró ejemplos corroborables que lo confirman. Su compromiso con Puerto Rico sigue intacto y se proyecta como una figura que continuará activa e influyente en la política de la Isla. No adelantó candidaturas, pero lo que sí transmitió fue certeza. Seguirá en la conversación, continuará en la lucha.
Esta serie de reportajes tienen, además, un valor especial. Por primera vez, Thomas Rivera Schatz habló de su niñez y de su crianza familiar, un tema que nunca antes había compartido en público. La revelación de sus raíces boricuas y alemanas convierte a las próximas entregas en contenido inédito y en exclusiva solo por INDIARIO.
La entrevista de perfil ofrece una nueva dimensión a su figura pública. Detrás del presidente del Senado firme y combativo, hay un hombre moldeado por una herencia cultural única y por valores familiares que siguen guiando cada una de sus decisiones. Rivera Schatz no pretende reinventarse ni disfrazar su estilo. Prefiere la coherencia y la continuidad. Su relato lo muestra como alguien que se mantiene fiel a su origen, a su visión de orden y justicia, a su apoyo claro a la gobernadora y a su certeza de que el futuro le seguirá perteneciendo.
Y en ese sentido, el mensaje queda claro: Thomas Rivera Schatz no se va a ninguna parte.
Este reportaje es el primero de una serie en la que presentaremos detalles sobre esta entrevista única con el Presidente. Pendiente a INDIARIO.COM para próximas publicaciones