Bancarrota de 23andMe genera incertidumbre sobre datos genéticos

23andMe se declara en quiebra, generando preocupación por el futuro manejo y protección de la información genética de millones de usuarios registrados.

Por Redacción InDiario
Tecnología|Mar 27, 2025
Capturado del centro de medios de 23andMe
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​23andMe, la reconocida empresa de pruebas genéticas domiciliarias, se ha declarado en bancarrota, generando incertidumbre y preocupación sobre el futuro manejo de la información genética almacenada en sus bases de datos. Fundada en 2006, la compañía alcanzó fama al ofrecer pruebas genéticas directas al consumidor, prometiendo revelar desde información sobre la ascendencia hasta posibles riesgos de salud.

En su punto más alto, 23andMe llegó a valer alrededor de 6,000 millones de dólares luego de cotizar en la bolsa en 2021. Sin embargo, los recientes problemas financieros, agravados por una importante filtración de datos en 2023 que comprometió la información de aproximadamente siete millones de clientes, han llevado finalmente a la compañía a acogerse al Capítulo 11 de bancarrota en marzo de 2025.

Actualmente, el destino de la empresa es incierto. La declaración de quiebra plantea interrogantes sobre qué ocurrirá con los datos genéticos de aproximadamente 15 millones de usuarios registrados. Esta información, altamente sensible y de naturaleza personal, incluye detalles sobre la salud, predisposición a enfermedades, ascendencia y otros rasgos hereditarios. Expertos en privacidad y defensores del consumidor alertan sobre el riesgo de que esta información pueda cambiar de manos si la empresa es adquirida o vendida, potencialmente debilitando las garantías originales que se ofrecieron sobre privacidad y manejo responsable de los datos.

Si bien 23andMe asegura haber implementado medidas de anonimización y protección de la información genética, los expertos advierten que estas medidas podrían no ser suficientes en escenarios como adquisiciones, fusiones o cambios drásticos en las políticas internas de gestión de datos. La situación actual deja en claro cómo la privacidad genética puede verse comprometida cuando las empresas que manejan esta información enfrentan dificultades económicas o administrativas.

La bancarrota también ha encendido nuevamente el debate sobre la necesidad de regulaciones más estrictas sobre empresas privadas que gestionan información genética. Diversas voces en el ámbito legislativo y en organizaciones de defensa de derechos digitales están pidiendo un marco regulatorio más sólido que proteja de manera más efectiva los intereses y la privacidad de los consumidores, especialmente en contextos empresariales inestables.

Por ahora, mientras se define el futuro inmediato de la compañía en los tribunales y los potenciales compradores evalúan sus activos, millones de personas permanecen a la expectativa sobre el destino de una parte fundamental y privada de su identidad: su información genética. La incertidumbre en torno al manejo de estos datos plantea la pregunta crucial sobre cómo las empresas deben abordar la custodia responsable de información sensible, especialmente en tiempos de crisis financiera o administrativa.