Cuando una unión mató a 97 personas en Puerto Rico
El incendio del Dupont Plaza, provocado en medio de una disputa sindical, dejó 97 muertos y más de 100 heridos graves, según el récord oficial
Por Redacción InDiario|Historia|

En Puerto Rico hay tragedias que no envejecen. El incendio del Hotel Dupont Plaza es una de ellas. Ocurrió la tarde del 31 de diciembre de 1986 y terminó con 97 muertes y más de 100 heridos graves, según consta en determinaciones del Tribunal federal en el litigio que siguió al evento.
Ese dato por sí solo sería suficiente para marcarlo como uno de los peores desastres en la historia contemporánea de la Isla. Lo que lo vuelve todavía más difícil de digerir es que no fue un accidente. Las autoridades federales y estatales concluyeron desde temprano que se trataba de incendio provocado.
En el trasfondo había un conflicto laboral. La semana del fuego, el hotel estaba inmerso en una disputa con la unión Local 901 de Teamsters, que representaba a una parte grande de los empleados, y el ambiente se había ido calentando con el paso de los días. En ese contexto, tres empleados se convirtieron en los autores del hecho. La historia documentada en el récord público es clara, tres trabajadores molestos prendieron el fuego de forma intencional.
Los procesos criminales confirmaron ese hecho. Hubo admisiones de culpabilidad y sentencias severas. La prensa nacional reseñó que los acusados enfrentaron condenas de 99 años para dos de ellos y 75 años para otro, según reportó Los Angeles Times al cubrir la sentencia en 1987. También hay cobertura contemporánea sobre los acuerdos de culpabilidad en el caso.
En el registro legal federal aparece una descripción que no deja espacio para eufemismos. El fuego se reconoce como un incendio provocado que resultó en 97 muertes. En otras palabras, la tragedia no nació de una falla mecánica ni de un rayo ni de un “se prendió algo”. Nació de una decisión humana, tomada dentro de un conflicto sindical, y el público pagó el precio.
La discusión sobre responsabilidad institucional siempre ha sido espinosa. Uniones y defensores del movimiento obrero han insistido en separar al sindicato como entidad de los actos de individuos. El récord criminal apunta a los responsables directos como empleados que actuaron en ese clima de tensión.Aun así, el hecho central permanece. Los culpables eran parte de la fuerza laboral representada por la unión en disputa, y el incendio ocurrió en el punto más caliente del pulso laboral.
Para Puerto Rico, el efecto fue inmediato y duradero. No solo por la pérdida de vida. El caso detonó un monstruo legal. La corte federal reseñó que se radicaron cientos de pleitos y miles de reclamaciones relacionadas al incendio, con un volumen enorme de litigación alrededor de la tragedia.
Todo eso deja una lección que muchas veces se esquiva por incomodidad política. El sindicalismo puede ser una herramienta legítima de organización laboral, pero también puede ser un arma muy peligrosa que puede ocasionar daños irreparables. El Dupont Plaza es el ejemplo más extremo y más caro que ha pagado la Isla por esa realidad.
El aniversario vuelve cada 31 de diciembre y con él la misma pregunta que nunca termina de resolverse en la conversación pública. Cómo se llegó a un punto donde una disputa de trabajo desembocó en un incendio provocado con decenas de muertos. El récord judicial la investigación oficial y hasta la OSHA, ya contestaron lo esencial. Fue arson, fue intencional, provocado por miembros de un sindicato en medio de un conflicto sindical. Vea la nota del ATF de aquel triste día aquí.
