Opinión: Municipios y fantasías bancarias
"Prácticamente todas las ideas estúpidas de moda hoy en día fueron concebidas por alguien en el pasado,", afirma Sobrino citando a Thomas Sowell


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Al economista Thomas Sowell se le adjudica haber dicho que “prácticamente todas las ideas estúpidas de moda hoy en día fueron concebidas por alguien en el pasado, y han llevado al desastre una y otra vez.” Así enfatiza la necesidad de estudiar historia para evitar “seguir aprendiendo por las malas lo que está mal con las ideas ingeniosas.”
En días reciente el senador Adrián González Costa (PIP) propuso la Resolución del Senado 55 para que una comisión legislativa investigue la creación de un “Banco de Desarrollo Municipal” para atender los retos fiscales de los municipios.
En conferencia de prensa, el senador alegó que “negarse a darle paso a una resolución como esta, sería negar a los municipios y a la ciudadanía la posibilidad de tener un cierto alivio en junio…" Pero la medida en efecto no trae alivio alguno para los problemas que alega atender. La resolución lo único que propone es estudiar y discutir el supuesto “alivio”. Es como si al entrar a la sala de operación, se le entregara al cirujano un libro en vez de un bisturí.
¿Por qué no simplemente presentar un proyecto de ley para constituir el “Banco de Desarrollo Municipal” como tal? Según el senador, porque “es importante que el Senado estudie su viabilidad”. ¿O sea que el senador no puede garantizar la viabilidad de su remedio? ¡Por lo menos la resolución le generó un comunicado de prensa, unos cuantos artículos con su foto en los periódicos y esta columna!
Objeciones procesales aparte, la propuesta como tal sufre de una falla estructural. Llamarle “banco” a algo no causa que el dinero aparezca de la nada. Por lo cual, el senador propone capitalizar su “Banco de Desarrollo Municipal” mediante una retención de una porción de los diferentes impuestos que los municipios recaudan actualmente.
Pero… ¿cómo ayuda que se le retengan recaudos a ciertos municipios para entonces prestárselos a otro municipio que ya enfrentan problemas fiscales? ¿Por qué no simplemente asignarle el dinero directamente y ahorrarse el papeleo, los costos administrativos y el pago de intereses? ¿Qué hacemos en cuanto a los gastos operacionales, servicios a la ciudadanía y la obra pública que ya dependían de los mismos recaudos municipales que ahora el senador quiere retener para montar un banco? Incluso, ¿por qué fundar un “banco” nuevo, con el esfuerzo que eso conlleva, si la Oficina de Gerencia y Presupuesto ya opera un Programa de Servicios Esenciales que otorga dinero a los municipios mediante asignaciones del fondo general?

“Todo comenzó con el cierre del Banco Gubernamental de Fomento…” nos dijo el senador González en su conferencia. La premisa no es correcta. El Banco Gubernamental de Fomento (BGF) cerró en el 2018 pero para efectos prácticos cesó la concesión de préstamos a los municipios hace casi una década. Desde entonces los municipios han dependido de la banca privada y programas federales para financiar obra.
Vale la pena observar que, al día de hoy, ningún municipio ha incumplido con el repago de sus préstamos, hayan sido originados por el antiguo BGF, las agencias federales o la banca comercial. De hecho, los recaudos necesarios para repagar dichos préstamos son retenidos antes de entrar al fondo general de los municipios.
En otras palabras, los retos fiscales que los municipios sufren hoy en nada se deben a una ausencia de bancos. Si un municipio hoy no puede obtener un préstamo, la razón no es la falta de alguna institución que les pueda conceder un préstamo. Como cantó Arjona, el problema no es problema.
La causa de los retos fiscales de muchos municipios es que sus recaudos no son lo suficiente para cubrir los gastos operacionales que entienden necesarios o para proveer la capacidad crediticia adecuada para financiar obra. Y esa insuficiencia de ingresos solamente se remedia con una serie de opciones: (1) aumentar impuestos actuales, (2) imponer impuestos nuevos, (3) expandir su base contributiva, u (4) obtener e incrementar asignaciones de fondos del gobierno estatal o sus instrumentalidades. No pare más.
Y yace ahí la dificultad para los municipios asediados. La mayoría de los alcaldes saben muy bien que la condición socioeconómica de sus ciudadanos hacen las opciones (1), (2) y (3) inefectivas o contraproducentes a corto y mediano plazo.
Por eso el fetiche de algunos con la eliminación o consolidación de municipios ignoran la raíz del asunto. Puedes eliminar todas las líneas del mapa que quieras, pero la gente sigue viviendo donde vive y la realidad socioeconómica es la misma. Por lo cual la necesidad sigue ahí no obstante cuantas veces dibujes sobre un mapa.
Que los que deciden, a nivel estatal o de la Junta de Supervisión Fiscal, no quieran asignarle fondos estatales a los municipios es una decisión de política pública. Está en su discreción sopesar los méritos de cualquier curso de acción. Pero que estén ellos, y nosotros los ciudadanos, claros de las consecuencias.