Muere el alcalde de Dorado Carlos López Rivera

El veterano líder municipal falleció tras complicaciones de salud asociadas a su cáncer de hígado

Por Redacción InDiario
Política|Oct 17, 2025
(Captura)
Comparte el artículo:

El alcalde de Dorado, Carlos A. López Rivera, falleció en un hospital luego de sufrir un nuevo percance de salud aparentemente relacionado con su diagnóstico de cáncer de hígado.

La información fue confirmada por el administrador municipal, Aníbal José Torres, quien comunicó oficialmente la noticia al pueblo doradeño.

“Con profundo pesar informo al pueblo de Dorado y a todo Puerto Rico el fallecimiento de nuestro querido alcalde Carlos A. López Rivera, quien dedicó más de cuatro décadas de su vida al servicio público y a la transformación de nuestro municipio.
El alcalde López Rivera partió en paz, rodeado del amor de su familia y del aprecio de un pueblo que siempre lo reconoció por su entrega, su liderazgo y su visión de un Dorado próspero y humano.
A nombre de todos los servidores públicos municipales, expresamos nuestro más sincero agradecimiento al pueblo de Dorado y a toda la ciudadanía puertorriqueña por las múltiples muestras de cariño, solidaridad y oraciones que acompañaron al alcalde y a su familia durante su proceso de salud.
En este momento de duelo, les pedimos que mantengan sus oraciones y pensamientos para el descanso eterno de su alma y el consuelo de sus seres queridos”, expresó Torres.

Carlos A. López Rivera fue una de las figuras políticas más estables y longevas del país. Asumió la alcaldía de Dorado en 1987 bajo el Partido Popular Democrático (PPD) y desde entonces fue reelecto en todos los comicios hasta 2020, consolidándose como uno de los alcaldes de mayor duración continua en el servicio público.

Durante sus casi cuatro décadas al frente del municipio, López Rivera impulsó una transformación urbana, turística y económica que posicionó a Dorado como uno de los pueblos más prósperos y visitados de la zona norte. Su administración promovió el desarrollo de complejos residenciales, proyectos de infraestructura vial y la expansión del turismo local con el crecimiento del Dorado Beach Resort y otras iniciativas de inversión privada.

En los últimos años, el alcalde había reducido su exposición pública debido a su delicado estado de salud. Pese a ello, mantenía comunicación con sus allegados y colaboradores más cercanos, quienes lo describían como un servidor incansable y profundamente comprometido con su comunidad.

Su fallecimiento marca el fin de una era en la política municipal puertorriqueña y deja un vacío significativo en Dorado, municipio que López Rivera gobernó con mano firme y visión de desarrollo durante casi 40 años.