Texas es el nuevo laboratorio de George Soros, según el WSJ

Revelan un plan político que recuerda las movidas ideológicas disfrazadas de filantropía en Puerto Rico

Por Redacción InDiario
Política|Jun 9, 2025
(X / @GeorgeSoros)
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Una investigación exclusiva del Wall Street Journal (WSJ) reveló que el magnate George Soros financia un nuevo proyecto político millonario para transformar el estado de Texas en un bastión electoral demócrata.

Texas ha sido consistentemente un estado republicano clzve en las elecciones presidenciales, con el Partido Republicano ganando en cada elección desde 1980. A pesar de los cambios demográficos y los esfuerzos de los demócratas por competir en el estado, los republicanos han mantenido una ventaja significativa en el voto popular.

Cabe destacar que en 2024, Donald Trump logró su victoria más holgada en Texas tras superar a Kamala Harris por más de 1.5 millones de votos, lo que representa un margen del 13.7%.

De acuerdo con el medio especializado en finanzas, a través de la organización Texas Majority PAC dirigida por exasesores de Beto O’Rourke, Soros ya ha aportado más de $3 millones en fondos destinados a movilizar votantes, reclutar candidatos y expandir la infraestructura electoral progresista en el estado.

La operación, conocida internamente como Blue Texas, busca desafiar décadas de hegemonía republicana en el segundo estado más poblado de Estados Unidos. La iniciativa no solo proyecta un gasto mayor para las elecciones de 2026 y 2028, sino que se plantea como una estrategia sostenida rumbo a 2032, año en que Texas ganaría aún más peso en el Colegio Electoral.

Las aportaciones reveladas por The Wall Street Journal están canalizadas a través de la red de financiamiento político de Soros, principalmente mediante su hijo Jonathan Soros y otras entidades vinculadas a la familia y a la estructura de la Open Society Foundations (OSF).

Más allá del plano continental, esta movida ha despertado especial atención en Puerto Rico, donde Soros a través de su fundación OSF destinó al menos $7.7 millones entre 2016 y 2023 a organizaciones sin fines de lucro en la isla. Como reveló InDiario en mayo pasado, estos fondos han sido señalados por expertos locales como instrumentos para promover una agenda ideológica que no necesariamente responde a las prioridades ni valores del pueblo puertorriqueño.

La relación entre ambas jurisdicciones es más que simbólica: más de 150,000 puertorriqueños residen actualmente en Texas, según estimaciones del Pew Research Center. Esto convierte al estado en un puente clave para trasladar no solo población boricua, sino también estructuras, narrativas e influencias políticas que ya han sido puestas a prueba en la isla.

Mismo libreto, nueva escala

Al igual que en Puerto Rico donde OSF ha financiado iniciativas enfocadas en justicia fiscal, salud comunitaria, equidad de género y derechos LGBTQ+, el proyecto en Texas busca insertar una red de organizaciones, voluntarios y causas sociales que fortalezcan la base electoral demócrata.

El Wall Street Journal detalla que en el ciclo electoral de 2024, el Texas Majority PAC ya había invertido más de $6.7 millones en actividades de base, incluyendo adiestramiento de voluntarios, contacto directo con votantes y campañas digitales. Esta estructura se asemeja al patrón operativo identificado por InDiario en Puerto Rico, donde las subvenciones han sido utilizadas para amplificar determinadas narrativas y generar cambios institucionales desde lo comunitario.

La comparación no es accidental. Según el presidente del Instituto de Libertad Económica (ILE), Jorge L. Rodríguez, Puerto Rico ha servido como un “mercado de prueba” para agendas ideológicas impulsadas desde el exterior. “Una fundación con una misión clara puede ejercer una influencia desproporcionada en una jurisdicción limitada como la nuestra”, afirmó Rodríguez en entrevista con este medio.

Ahora, con Texas en la mira de Soros, las señales apuntan a una expansión de ese modelo hacia una jurisdicción más grande, con más peso electoral y, crucialmente, con una creciente comunidad puertorriqueña que podría servir como base política de apoyo si se activa dentro del esquema organizativo progresista.

Aunque las fundaciones como OSF alegan estar comprometidas con la democracia, la transparencia y la equidad, críticos globales desde Viktor Orbán en Hungría hasta Nayib Bukele en El Salvador han advertido sobre el uso de estas plataformas como herramientas para moldear regímenes políticos y estructuras institucionales desde afuera.

En Puerto Rico, ese debate ya está instalado. Y ahora, con la revelación del WSJ, Texas podría convertirse en la siguiente pieza de un rompecabezas estratégico de gran escala: transformar el mapa electoral estadounidense con una fórmula ya ensayada en lugares con menor resistencia institucional y menor visibilidad internacional.

El laboratorio se expande. Y con muchos boricuas viviendo en Texas, que cuenta con una población con experiencia política, identidad cultural compartida y vínculos activos con la isla, el eco de las estrategias ensayadas en el Caribe podría sentirse pronto en las urnas del sur de Estados Unidos.