Ante una gran cantidad de pronósticos en su contra y a pesar del visceral ataque que lanzó la oposición demócrata encabezada por Kamala Harris en las postrimerías de la campaña presidencial, el candidato republicano Donald Trump ganó con contundencia la presidencia de Estados Unidos con un amplio dominio del voto popular y victorias apabullantes en estados con gran cantidad de puertorriqueños que algunos habían dado por perdidos.
Desafiando las predicciones y críticas vertidas durante la campaña por el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, quienes a lo largo de la contienda destacaron repetidamente lo que consideran problemas éticos y legales de Trump, el líder del Partido Republicano fue favorecido con más de 72 millones de personas a favor de su reelección y 295 delegados adjudicados a su favor hasta el momento, superando los 270 requeridos para declarar victoria.
El dominio del expresidente se extendió a los cuerpos legislativos que a partir de enero de 2025 serán controlados por el ala republicana. La última vez que tanto la Cámara de Representantes como el Senado de los Estados Unidos estuvieron bajo control republicano fue durante el Congreso que abarcó desde el 3 de enero de 2017 hasta el 3 de enero de 2019. Durante este período, los republicanos tenían la mayoría en ambas cámaras en la capital federal. Sin embargo, en las elecciones de mitad de período de 2018, los demócratas recuperaron el control de la Cámara de Representantes, mientras que los republicanos mantuvieron la mayoría en el Senado.
Las múltiples acusaciones y señalamientos sobre procesos judiciales –políticamente motivados según la campaña de Trump–pendientes en su contra y los atentados contra su vida no fueron suficientes para evitar la victoria del expresidente.
Entre los asuntos legales más destacados que se utilizaron en su contra, Trump enfrentó acusaciones por fraude empresarial y financiero en Nueva York. Además, en el estado de Georgia, se mantiene una controversia sobre el resultado de las elecciones de 2020. También, Trump se vincula a investigaciones federales, sobre manejo de documentos clasificados, y otra relacionada con los disturbios del Capitolio el 6 de enero de 2021. Estos procesos se convirtieron en la principal fuente de los ataques de Biden y Harris, quienes en diversas ocasiones subrayaron que estos casos reflejan “una amenaza para la democracia estadounidense”. La campaña de Trump reclamó que las investigaciones fueron políticamente motivadas. A juzgar por los resultados de la elección del martes, diversas voces han intepretaxo que el electorado creyó que los casos pudieron haber sido influenciados por aspectos políticos.
A pesar de este contexto, Trump logró movilizar a sus seguidores y captar el voto de muchos estadounidenses que creen en su liderazgo y rechazan las políticas de la administración Biden, particularmente en temas migratorios. Muchas encuestas mostraban una ventaja para la candidata demócrata, por lo que el triunfo de Trump retó esos pronósticos viniendo de atrás ante el acecho de la opinión pública.