VIDEO: Monseñor Wilfredo Peña Moredo: un defensor incansable de la fe cristiana

Comparte planes especiales para la Semana Santa y subraya la necesidad de Dios en un mundo bélico

Por Francisco Rodríguez-Burns
Historia|Mar 31, 2025
Foto por Francisco Rodríguez-Burns.
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No parece haber obstáculo que Monseñor Wilfredo Peña Moredo no pueda superar. 

El párroco y pastor de la parroquia Santa Bernardita de San Juan, quien cumplió 51 años de sacerdocio ayer, domingo 30 de marzo, se mantiene ocupado, trabajando en una producción, El Milagro de Helen Keller. Esta obra es  una de más de 90 producciones que el sacerdote ha encabezado a lo largo de su carrera, en los distintos roles que ha desempeñado como presidente y fundador de la entidad sin fines de lucro PSB Productions. 

A sus 77 años y siendo una de las figuras religiosas de Puerto Rico de mayor proyección internacional, el sacerdote permanecerá activo durante la Semana Santa para esta producción, que se celebrará a partir del próximo 11 de abril en el teatro Il Piccolo Teatro de la parroquia Santa Bernardita. El padre Willie, como es conocido cariñosamente entre sus feligreses, tampoco dejará de ofrecer la misa que tiene programada, entre otros compromisos que lo mantienen en contacto directo con su comunidad.

De hecho, ofrecer esta entrevista pareció ser otro acto en el que el religioso decidió evangelizar, no escatimando en resaltar la importancia de navegar las complejidades culturales de una sociedad cada vez más secularizada.

Para Monseñor Peña Moredo, como para otros católicos, la verdad de Dios es una e inquebrantable. Sin embargo, también cree que los cristianos deben practicar la paciencia, la humildad y otras virtudes para descifrar y adaptar los "lenguajes" necesarios para transmitir un mensaje que resuene con las generaciones más jóvenes, promoviendo así la conversión y la redención.

Al hablar sobre la necesidad de una comunicación clara entre la Iglesia y su feligresía, Monseñor destacó la importancia de la relación que debe existir entre los católicos y sus hermanos, la relevancia de las artes para definir y sintetizar un mensaje, y la necesidad de mantenerse firmes ante los vaivenes del "momento". Es evidente que Monseñor no se deja influenciar por las modas ni por el reconocimiento del "personaje del año", sino por unos principios que pueden trascender generaciones.

“Hay que ser humilde para aprender, mirar con paciencia y con humildad cosas que no te gustan”, sostuvo. “Esto lleva a una relación muy profunda con el Señor para, a través de la gracia del Espíritu Santo, discernir los signos de los tiempos para así aprender el idioma del joven, del matrimonio joven, los ancianos”, indicó Peña Moredo, como modo de ejemplo. 

En la sala de su residencia en la parroquia Santa Bernardita, algunos espacios están ocupados por retratos que abren una ventana a la trayectoria histórica de la Iglesia Católica en Puerto Rico. En una de las fotos, Monseñor camina junto al cardenal Luis Aponte Martínez, una de las figuras religiosas más prominentes de Puerto Rico.

Foto de una figura de San Francisco abrazando a Jesús crucificado. En el fondo se observa un cuadro de La Santa Familia. Foto por Francisco Rodríguez-Burns.

Sin embargo, para aquellos que han seguido su trayectoria, entender verdaderamente a Peña Moredo también implica mirar hacia Cuba, el país que lo vio nacer; a Roma, donde obtuvo un bachillerato en Teología, una licenciatura en Derecho Canónico y un doctorado en Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana, la Universidad Lateranense y la Universidad Santo Tomás de Aquino, respectivamente. 

Además, dirían que también hay que mirar a ciudades como Miami, Los Ángeles, y países como México, Venezuela, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, República Dominicana, entre tantos lugares que de alguna manera han sido tocados por el religioso a través de sus obras de evangelización y pastoreo, o por acciones que han contribuido al fortalecimiento de una entidad u organización.

El Monseñor podría ser el primero en decir que hay que soñar para lograr, y su vida parece ser un claro ejemplo de este concepto, especialmente en el alcance que ha logrado mediante programas a través de internet y televisión. Durante más de 28 años, ha celebrado convivencias de conversión en línea, contando con 34 ministerios activos y más de 1,000 creyentes. Mientras tanto, en televisión, desempeñó un papel fundamental en el Canal 13. Cabe destacar, además, que forma parte de las coberturas especiales del Vaticano y, desde 1999, es miembro de la familia EWTN en español, el canal católico más grande del mundo.

Además de ser escritor de varios libros, como Sólo un sí y El Vía Crucis de las Manos, Monseñor tiene un programa semanal llamado Mientras el Mundo Gira, el cual llega a los mercados hispanos de Estados Unidos, Latinoamérica, España y Australia.

Además de varios reconocimientos a nivel internacional, es en Puerto Rico donde Monseñor se ha mantenido más activo durante las últimas décadas. Su casa productora, que está compuesta por voluntarios de todas las edades, es especialmente significativa, ya que cada evento se realiza a beneficio de alguna entidad que ayuda a los necesitados en la comunidad. Además de sus acciones benéficas, las producciones se han destacado por su alta calidad, superando muchas obras tanto a nivel local como internacional debido a la calidad de su escenografía, el talento y la ejecución de sus actores, los guiones y por ocupar un espacio que es reclamado por ciudadanos en búsqueda de mensajes positivos y de fortalecimiento espiritual.

¿Cómo ve usted la relación entre las artes escénicas y la espiritualidad en la vida cristiana? 

“El escenario es un púlpito. Es una lástima que desgraciadamente nos ha tocado un momento en que las artes escénicas muchas veces son vulgares, de una calidad muy poca y que hay productores sin escrúpulos…cuando hay un ambiente vulgar y viene la frase que es mentira: ‘eso es lo que la gente le gusta’. No, no. Por eso es que la Iglesia tiene una responsabilidad con la cultura, la inculturación del evangelio.

Imagen del Monseñor frente a la cruz dentro de la parroquia. Foto por Francisco Rodríguez Burns

¿Cuál es el mensaje que le gustaría compartir durante esta época? 

“Estamos en un año jubilar (o Año Santo, período de gracia y renovación espiritual que se celebra cada 25 años). El Papa Francisco le puso "Peregrinos de la Esperanza". Yo que doy dirección espiritual, me doy cuenta que en el momento actual hay una gran depresión, una gran desesperanza, y la gente está bien opacada. Es algo muy contrastante. Nunca el mundo ha tenido tantas cosas como ahora…Hoy la ropa se lava sola y la comida se pone en un microwave. Nunca el mundo ha sido más fácil… Y por qué la gente está tan amargada, por qué estamos tan intolerantes? Usted dirá: es el cura que está hablando. No.  No es porque sea cura, es porque he vivido. ¿Cómo lo podrán hacer sin Dios? Con Dios la vida puede ser difícil, hacerla sin Dios, vas a darte contra la pared en muchas ocasiones. Si no tienes a alguien, no algo, a alguien te de la esperanza, que te diga: ‘oye, sigue adelante, que después de la noche viene el día, estamos como estamos…“Dios no es un commodity, es un necessity. Dios es una necesidad empírica en el ser humano. Sin Dios no se puede, punto”, subrayó.