Más allá de la corrupción: también hay decisiones irresponsables
Columna de opinión por Karla Mercado sobre la importancia de decisiones responsables y transparencia en las contrataciones del Gobierno de Puerto Rico.

La corrupción pública es un mal social cuyo verdadero costo no solo se mide en dólares y centavos. Podemos ver sus efectos en la falta de servicios, en obras que nunca se terminan, en servicios mal brindados, daños ambientales, entre otros. Así que no es solamente el dinero o el beneficio que se contabiliza para propósitos de probar el delito tipificado.
Por otro lado, tenemos las malas decisiones administrativas. Aunque siempre debe haber un espacio para el error —porque nadie es perfecto y las decisiones se toman con los elementos que se tienen al momento—, hay decisiones que los funcionarios públicos toman a sabiendas del costo y las repercusiones que esa decisión tendrá.
Ahora bien, hay que tener cuidado con aquellas decisiones que no son simpáticas, pero sí necesarias. Aunque te las quieran vender como malas, quien las toma sabe y conoce las verdaderas circunstancias. Y siempre hay que reconocer a esos funcionarios y empleados públicos que ven más allá y, a pesar de saber que van a enfrentarse a un asesinato de reputación mediático, ponen el mejor interés público por encima de sí mismos. Sin bombos ni platillos. Para quienes han visto la trilogía de Batman, pues es algo así: a quien Gótica cataloga como el villano de la noche y cómo los “justicieros” terminan siendo los verdaderos villanos.
¿Y qué tiene que ver esto conmigo? Se preguntarán… Pues desde hace cinco años un gran equipo de trabajo lucha para que las contrataciones sean más transparentes, para que se cuente con las herramientas y los controles necesarios que permitan que quien le falle a la confianza del pueblo —que paga sus contribuciones— pague las consecuencias. Ese equipo ha logrado devolver la confianza a quienes participan en ofrecerle herramientas al Gobierno de Puerto Rico para que este brinde servicios a los ciudadanos. De manera íntegra, trayendo tecnología y facilitando la manera de hacer negocios con el Gobierno sin comprometer la transparencia.
Hoy día somos la primera jurisdicción en Estados Unidos que tiene las compras en tiempo real y públicas. Además, todo el proceso es digital, nada manual y sin oportunidad de discutir subastas en cuartos oscuros. Así se ha demostrado. Tomar decisiones que retrotraigan todo eso sería hacerlo a sabiendas de que se limitará la información pública, lo que ocasionaría que tú como ciudadano, no sepas en qué el Gobierno gasta el dinero de los contribuyentes.
Eso no debe suceder. Y si sucede, sería comenzar desde cero. Una cosa es una mala decisión por apreciaciones diferentes; otra muy distinta es una mala decisión tomada a sabiendas de cuáles serán sus efectos negativos para el pueblo, a quien nos debemos.