La Fortaleza del Padre: Un Legado Imprescindible
En esta columna de opinión, el Presidente del Senado nos dice que "[e]n Puerto Rico, necesitamos más que nunca padres comprometidos y presentes."

Mañana domingo 15 de de junio celebramos el Día de los Padres, una fecha que va mucho más allá de un simple reconocimiento festivo. Es un día para pausar y reflexionar sobre la figura que es, y debe ser, pilar fundamental de nuestra sociedad, forjador de carácter y custodio de los valores esenciales. Hablamos del Padre.
El rol innegociable del padre, no es una tarea para débiles o indecisos. Ser padre es asumir la responsabilidad de guiar, de proteger, de ser ejemplo y de inculcar principios inquebrantables. Es la mano firme que orienta, la voz que corrige, y el corazón que ama sin límites, muchas veces en silencio.
El padre es el proveedor, sí, pero también es el primer maestro de la disciplina, el respeto y el trabajo honesto. Es el protector que debe garantizar un refugio seguro, y el guía que señala el camino recto en un mundo lleno de desvíos. Su sacrificio, a menudo silencioso y sin aspavientos, e inclusive a veces no entendido, es junto al rol de la madre, componente esencial del abono sobre el cual florecen las nuevas generaciones.
En Puerto Rico, necesitamos más que nunca padres comprometidos y presentes. Hombres que entiendan que su legado no se mide en bienes materiales, sino en la calidad moral y cívica de sus hijos. Padres que se atrevan a corregir con amor, a exigir con sabiduría y a inspirar con el ejemplo. Porque los valores que se siembran en el hogar son los que se cosechan en la calle, en la escuela, en el trabajo y, en última instancia, en la gobernanza de nuestra Isla.
En un mundo que a menudo desdibuja los roles y confunde la autoridad con la tiranía, el padre debe reafirmar su responsabilidad con integridad y coherencia.
A todos los padres que asumen con gallardía este rol insustituible; a los que se levantan cada día con el compromiso de construir un mejor futuro para sus familias; a los que, con su esfuerzo y su ejemplo, forjan ciudadanos de bien: reciban en este Día de los Padres mi más sincero reconocimiento y gratitud. Su labor es vital, su impacto es incalculable y su legado, imprescindible para el Puerto Rico que anhelamos. ¡Felicidades!