Puerto Rico a la Delantera: Una Oportunidad Histórica Para la Vida
Puerto Rico se encuentra ante una oportunidad histórica para proteger la vida al implementar sus leyes de proteger la vida del no nacido opina Ana Sofía.


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En estos momentos, Puerto Rico se encuentra en una coyuntura histórica que podría marcar un antes y un después en la lucha por la defensa de la vida. Es un momento decisivo, no solo para nuestra isla, sino también para el resto de los Estados Unidos y América Latina, donde muchas naciones observan atentamente cómo se desarrolla el debate sobre la protección del no nacido.
Al igual que en el resto de los estados y territorios americanos, durante décadas Puerto Rico ha estado bajo el peso de decisiones judiciales basadas en interpretaciones modernas, ideologizadas y ajenas al verdadero espíritu de nuestra ley.
Este tema ha cobrado nueva relevancia tras las recientes vistas de confirmación de Janet Parra, nominada para la Secretaría del Departamento de Justicia de Puerto Rico. Durante estas vistas, Parra fue clara al abordar el tema del aborto. Explicó que, desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos derogó el Roe v. Wade mediante la decisión en Dobbs v. Jackson, el caso local Pueblo v. Duarte—que en 1980 permitió el aborto en Puerto Rico al alinearse con Roe—ya no tiene validez legal.
Esto significa que, sin ese precedente vigente, automáticamente vuelve a aplicarse el Código Penal de Puerto Rico, que regula el aborto con lenguaje claro y específico.
Para que podamos entender esto bien: el Código Penal, particularmente en sus Artículos 98 al 100, tipifica el aborto como delito, salvo en situaciones excepcionales en las que sea necesario para salvar la vida de la madre o evitarle un daño grave a su salud. Además, detalla que inlcuso esta práctica debe ser mediante “indicación terapéutica hecha por un médico debidamente autorizado a ejercer la medicina en Puerto Rico”.
Estas disposiciones se mantienen en vigor desde antes de la década de los setenta y no han sido derogadas ni modificadas hasta hoy. Sin embargo, fue la influencia del precedente federal de Roe —y su interpretación forzada y equivocada del derecho a la privacidad, que nunca debió haber justificado el aborto como un “derecho constitucional”— lo que permitió la práctica del aborto en la Isla y en el resto de los estados durante casi cincuenta años. Sin embargo, ya ese precedente legal desapareció. Con la caída de Roe, también cae Pueblo v. Duarte, y la ley original estipulada por nuestro Código Penal vuelve a ser la autoridad vigente.
Cuando se le preguntó si, al estar derogado Pueblo v. Duarte, procesaría como secretaria de Justicia a quienes violen el Código Penal, Parra respondió de manera firme: “Eso es así, ese es mi deber…”.
Con todo esto, Puerto Rico tiene ante sí la posibilidad de trazar el camino hacia una cultura de vida. El compromiso público de una nominada al Departamento de Justicia de hacer cumplir el Código Penal es clave. El mensaje que se está enviando es claro: nuestras leyes no son meras palabras en papel, deben cumplirse y aplicarse con seriedad. Tan histórico este tiempo que parecería que las estrellas se han unido a favor de la justicia y la dignidad humana.
Sin duda, esto sienta un precedente ejemplar, tanto para otros territorios y estados de EE.UU., como para el resto de países latinoamericanos, donde la defensa de la vida está profundamente entretejida en su idiocincracia y cultura.
Ahora más que nunca, los ciudadanos comprometidos con la justicia y la dignidad humana deben alzar su voz. Es vital fortalecer la conciencia pública sobre este tema, y exigir que se respeten las leyes ya vigentes, y que los funcionarios encargados de la justicia cumplan con su deber, así como se están comprometiendo a hacerlo.
La realidad es que no hace falta redactar nuevas leyes que traten de evadir o jugar alrededor de la ley vigente. Tampoco hace falta reinterpretar derechos que no existen. Lo que hace falta es valentía y un verdadero compromiso con las futuras generaciones puertoriqueñas.
Que Puerto Rico se erija como un faro de vida y esperanza—un ejemplo de una pueblo que honra sus raíces y protege a los más vulnerables. El valor intrínseco de la vida humana no se debate, se defiende. Y hoy, más que nunca, Puerto Rico tiene la oportunidad de hacer historia.
El momento de actuar es ahora. Unidos en torno al tema más apremiante de nuestra generación —la defensa de la vida humana— podemos lograr que Puerto Rico se convierta en un estandarte histórico de convicción, compasión y justicia.
O queremos un Puerto Rico con puertorriqueños-una isla que apuesta por su futuro, por su gente y por la vida-, o no lo queremos. El balón está en nuestra cancha.
Sobre la autora:
Ana Sofía Santiago-Russe es una científica y comunicadora de Morovis, Puerto Rico, con estudios en biología e investigación biomédica de la UPR-Mayagüez. Ha colaborado con el NIH y The Heritage Foundation, y es host de Hablando Claro en Blessing FM. Dirige Verdad Amplificada y es pionera en el movimiento pro-vida juvenil en Puerto Rico. Actualmente, se prepara para estudios en política pública y derecho, enfocada en la defensa de la vida y la libertad.