Nuestros soldados puertorriqueños murieron como héroes, aunque desiguales
"El sacrificio de los soldados puertorriqueños y sus familias es desmesurado comparado al trato que reciben del gobierno de los Estados Unidos "opina autor.


Nuestros soldados puertorriqueños murieron como héroes, aunque desiguales

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Todos los años se conmemora en los Estados Unidos el día de los soldados caídos en guerras - “Memorial Day”- donde se honran los sacrificios de los miembros del servicio militar estadounidense que perdieron sus vidas por la Nación, por nosotros y por las futuras generaciones de estadounidenses. Estos hombres y mujeres respondieron al llamado de servir y defender a Estados Unidos con coraje, dedicación y desinterés, con pleno conocimiento que los riesgos eran grandes pero la causa era mayor para el país.
En Puerto Rico se conmemora este día como resultado de una ley que aprobó el Congreso de los Estados Unidos en el 1968, conocida como la Ley Uniforme de Lunes Festivos. Dentro de la misma se estableció el Día de los Caídos como el último lunes de mayo. Para los puertorriqueños que servimos en las fuerzas armadas, el día de los caídos es uno de profunda reflexión sobre nuestro servicio y sobre la desigualdad que padecen los más de 90 mil veteranos puertorriqueños que residen en Puerto Rico y no gozan de los mismos beneficios y derechos que gozan los excombatientes que residen en los 50 estados.
El sacrificio de los soldados puertorriqueños y sus familias es desmesurado comparado al trato que reciben del gobierno de los Estados Unidos. Entre las filas de soldados boricuas, ocho se les otorgó medalla de honor –la condecoración más alta de los Estados Unidos al valor militar en conflicto. Entre estos: Fernando Luis García, Demensio Rivera, Miguel Armando Vera, Carlos Lozada, Félix Conde Falcón, Eurípides Rubio, Héctor Santiago Colón, Humberto Roque Versace. Nos honra recordar a estos hombres, héroes que murieron sirviendo a la Nación, pero nos indigna que nunca se les dio el derecho a tener representación con voto en el Congreso de los Estados Unidos y no se les permitió votar por el Presidente que los envió a la guerra.
Como estos -según el departamento de defensa- han muerto sobre mil puertorriqueños en batallas, a quienes siempre agradeceremos y honraremos sus sacrificios. La aportación de nuestros soldados ha sido a tal nivel, que en Washington D.C. existe el monumento a la Segunda Guerra Mundial, donde se honra a los estadounidenses que sirvieron en dicha guerra y contribuyeron en el frente interno, allí se reconoce la aportación de Puerto Rico entre sus columnas.
La sangre de los soldados puertorriqueños goza de igualdad cuando los envían a los campos de batalla de la Nación. Sin embargo, una vez regresan a Puerto Rico, el estatus político actual es quien mantiene viva la injusticia y desigualdad de quienes han pagado el precio mayor.
Los días de conmemoración nos sirven para reflexionar sobre lo mucho que Puerto Rico ha aportado y sacrificado por los Estados Unidos. En parte, nos debe servir de motor para continuar nuestra lucha por un estatus político digno. El pueblo se lo merece y como hemos esbozado, lo ha pagado.